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No es la carne y la sangre, sino el corazón lo que nos hace padres. Jehová es un padre maravilloso el está dispuesto a darlo todo por nosotros. A un la vida de su propio hijo. Juan 3: 16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Te has preguntado alguna vez ¿Qué estás dispuesto tú a dar por tus hijos? Llegar un día un poco más temprano, no ir al partido de futbol, dejar esa adicción que está acabando con tu familia. Etc.No es la carne y la sangre, sino el corazón lo que nos hace padres. Jehová es un padre maravilloso el está dispuesto a darlo todo por nosotros. A un la vida de su propio hijo. Juan 3: 16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Como cristianos no solamente tenemos hijos en la carne, cuando le servimos a Dios, nuestros discípulos se convierten en hijos espirituales, que estás dispuesto a dejar por ellos, una hora del tiempo que Dios te ha dado para ir a discipular, llamarlos cuando están desanimados. Etc.
Un verdadero padre es aquel ser que es capaz de sentir como suyo el dolor y los logros de su hijo.
CARACTERISTICAS DE UN PADRE:
1. Dios nos escogió: V 3 “Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz.” nosotros los humanos no podemos escoger a nuestros hijos, pero Dios si, el nos tomo a pesar de lo que éramos, al igual que un padre adoptivo él es el que escoge a quien quiere adoptar. Este acto debería ser más que suficiente para vivir agradecidos por siempre.
2. El nunca cambia: V 9 “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí,” a Dios como un buen padre que es no lo mueven las circunstancias. No podemos decir que hoy es bueno y que mañana no. El amor de un padre no cambia, así el amor de los hijos cambie.
3. El cumple sus promesas. V 10 “que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;” que tal eres tú con los compromisos con tus hijos, estas ahí cuando ellos te necesitan, Dios siempre está en el momento justo cuando lo necesitamos, nunca llega tarde. Cuando tu hijo era un niño tú eras su héroe, todavía lo sigues siendo.
4. El piensa para nosotros lo mejor. V 11 “que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré. ” Que estás haciendo tu para el futuro de tus hijos. Dios no improvisa. El futuro de nuestros hijos no debe ser objeto de improvisación.
Dios tiene buenos propósitos para nosotros. Salmos 33: 11 “El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.”
5. Le molesta que seamos autosuficientes. 47: 10 “Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tú misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más.” Nosotros los padres humanos les inculcamos a nuestros hijos la independencia, queremos que ellos sean autosuficientes, siempre les decimos: “haga algo por usted mismo, que va a pasar con usted el día en que yo no esté” Dios es todo lo contrario él quiere que siempre estemos con él y que reconozcamos que sin él no somos nada. Juan 15: 5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”
Para Dios siempre seremos sus niñitos. V 4 “Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.” No importa cuántos años tengamos el siempre estará ahí para soportarnos. Para un buen padre sus hijos nunca crecen.
El nos hizo y el responde por nosotros, el no es como muchos hombres modernos que tienen hijos por todas partes, pero por ninguno responden.
Hombres con hijos hay en abundancia, verdaderos padres muy pocos. Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista. Un verdadero padre siempre está listo a responder por sus hijos. Y a dar la vida por ellos.
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